El aumento exponencial de la obesidad
en todo el mundo es uno de los problemas más sensibles a los que se enfrentan
las ciencias médicas hoy en día. Aunque ya desde hace varios años se sabe que
existe una base genética responsable en gran medida de la obesidad, y que esta
no es solo una consecuencia del sedentarismo o los malos hábitos alimenticios,
los científicos no habían dado con principal gen
responsable de la obesidad… hasta ahora.
El
gen IRX3 y la familia de los genes iroqueses
Según los científicos, el gen con
mayor responsabilidad en la obesidad es el IRX3, llamado también gen iroquois 3, ya que pertenece al selecto grupo
de los genes iroquois(iroqueses). La
importancia de este descubrimiento es tal que ha sido publicado en Nature,
una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo.
Los genes iroquois fueron
descubiertos por los genetistas en la mosca de la fruta Drosophila melanogaster, ampliamente empleada para los
estudios genéticos. En ella son los encargados de funciones tan vitales como la
definición de los sectores corporales y su nombre viene del curioso hecho de
que al inicio, cuando estaban en estudio, se descubrió que una de sus
mutaciones provocaba en las moscas una calvicie total en el cuerpo, a excepción
de la cabeza y el tórax, donde quedaba una banda de pelo que recordaba el
peinado de los iroqueses, pueblo aborigen originario de Norteamérica.
¿Cómo
actúa el gen IRX3?
El gen
IRX3 actúa en numerosos procesos de vital
importancia para el desarrollo correcto del organismo, siendo la más importante
de estas en cuanto a la obesidad se refiere, su función directa sobre el
funcionamiento del hipotálamo, un órgano situado en el cerebro y que interviene
decisivamente en la regulación hormonal. Así, la información que contenga este
gen va a determinar si la manera en que se regulen determinadas hormonas va a
condicionar a una persona a acumular grasa corporal con mayor o menor facilidad
que otra.
Hasta el momento y tras numerosos
experimentos a lo largo de los años, se responsabilizaba a la región
cromosómica conocida
como FTO (fat mass and
obesity associated), como responsable en los procesos que llevan a la acumulación de grasa, pero gran parte de su mecanismo de
actuación era una incógnita. Ahora, por fin se ha descubierto que la regulación
de su acción parte de IRX3.
Esperanzas
para combatir la obesidad
Sin lugar a dudas, aunque este
descubrimiento despeja algo más la estrategia en la lucha contra la obesidad, los científicos
advierten que no será fácil la creación de medicamentos que actúen sobre la
expresión del gen IRX3 sin que se vean comprometidas otras funciones vitales
del organismo.
Esto viene dado precisamente porque
como habíamos dicho anteriormente, el iroquois 3 está relacionado con otros muchos procesos esenciales en el desarrollo,
de manera que simplemente desactivarlo para reducir la probabilidad de ser
obesos no es nada recomendable.
Sin embargo, el camino correcto
parece ser más bien seguir sus rutas de acción y los genes que están bajo su
regulación directa, para así encontrar la diana exacta y desarrollar el fármaco
más ideal posible para combatir la obesidad. Mientras tanto, y
seguramente siempre será así, el camino más recomendable será mantener una
dieta balanceada y evitar los hábitos sedentarios practicando con regularidad
ejercicios físicos.